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DISTENSIÓN MUSCULAR

Una distensión muscular es el desgarro parcial o completo de fibras musculares, que se rompen, en mayor o menor cantidad, dependiendo de la violencia del gesto causante de la lesión. El desgarro puede ser tan pequeño que sólo pueda ser observado y diagnosticado a través de microscopio o ecografía, o puede ser tan grave que provoque un sangrado interno por rotura masiva de fibras musculares.

En el momento de producirse la lesión, las fibras musculares afectadas se retraen formando una brecha entre los extremos rotos.

En ocasiones, además de verse afectadas estas fibras, también pueden verse implicadas las estructuras circundantes como el tejido conjuntivo (tendones) o los vasos sanguíneos. La afectación de los vasos sanguíneos evidencia la existencia de un hematoma en la zona afectada.

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¿Cómo se produce una distensión muscular?

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Los desgarros o distensiones musculares se deben a una sobrecarga dinámica; siendo la causa más típica una contracción violenta con estiramiento excesivo simultáneo. Es decir, se conjugan dos tensiones enfrentadas. Por un lado la extensión muscular, es decir, la tensión excéntrica, y por otro la contracción muscular, o tensión concéntrica.

Estas lesiones suelen aparecer con frecuencia en deportes con movimiento o acciones explosivas (fútbol, atletismo de velocidad…). Un cambio de ritmo brusco en la carrera, un golpeo al balón, una batida de salto, son movimientos en los que el músculo puede verse afectado con esta lesión.

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